Comé cookie y avivate!

No sé si esto ya lo conté, porque como siempre escribo churreteada, a veces no tengo ni puta idea lo que puse o no un año atrás. Así que como dice Mirtha que el público se renueva, repito (o no) una anécdota digna de catalogar como inolvidable. Corría el año 2003 (las fechas pueden no ser exactas, es más, nada es exacto), y estábamos en mi casa con C. Un compañero mío del laburo, me había enseñado a hacer cookies. Y como tenía producto en exceso, decidí realizar esta activiad culinaria. Pero no nos asesoramos mucho con C y como parecían brownies de chocolate, le empezamos a entrar. Cada una comió como si fuera un polvorón abueslístico gigante! Las dos estábamos ofuscadísimas porque no nos hacía nada. Y con tal indignación, nos fumamos un churrete. Veníamos charlando animádamente como siempre y de repente perdimos conciencia. Claro, no es que no había hecho efecto, es que no es el mismo proceso de fumar que de comer! Pero una vez que te hace efecto, agarrate porque se te vuela la cabeza. Al rato llego mi amigo quien repitió el proceso. Realmente fue agotador porque estuvimos 6 hs riéndonos, yo tenía contractura de mandíbula! No podíamos mantener una conversación con dos frases coherentes! Es el estado top pero único, es decir, yo no volví a comer cookies, pero ustedes no dejen de probarlas!