3/22/2008

Mudo y goloso

Muchas reuniones insostenibles se hacen divertidas gracias a la dulce hierba. Pero, muchas reuniones insostenibles se hacen imposibles de entender gracias a la dulce hierba. Una vez fui invitado a un fiesta a todo trapo, en una quinta. En el auto, camino a ella,fumamos. Cuando llegamos la fiesta no era todo trapo y tampoco era una fiesta. Era una reunión familiar de cumpleaños. Encima, los hombres estaban sentados en una mesa y las mujeres en otra. Yo quedé sentado a la cabecera de la mesa masculina. Y como pensábamos que era una fiesta caímos, dos horas después del horario de incio del festejo. Ergo, ya se había comido. Esto hizo que me trajeran un plato especial para mi.
Yo estaba en pleno bajón y no podía parar de comer. El punto es que más allá de tener siempre alguna pieza de comida árabe (muy rica) en mi boca, la charla me pasaba de largo. No daba pie con bola. No se ocurrían comentarios y cuando se me ocurrían, ya el tema de la conversación era otro. Entonces estaba sentado, a la cabecera de una mesa masculina, con integrantes que no conocía, sin decir palabra y comiendo sin parar. Pero, con una sonrisa de oreja a oreja.

1 comentario:

Anónimo dijo...

esto me hace acordar cuando fuimos a un asado familar y comimos más que el resto de los invitados y encima directamete ya nos ponían los platos a nosotros!